miércoles, 23 de abril de 2025
lunes, 21 de abril de 2025
19 P A S OS PARA FORMAR UN MAL SEMINARISTA ... Y POR LO TANTO UN MAL SACERDOTE...
19 P A S OS PARA FORMAR UN MAL SEMINARISTA ... Y POR LO TANTO UN MAL SACERDOTE..
Actualmente los seminarios están viviendo una crisis vocacional de sus estudiantes, son pocos ya los jóvenes que quieren consagrar su vida a Dios a través del sacerdocio. Las causas de esta crisis son muchas, pero existe una que es muy simple de describir: muchos de los sacerdotes actuales no son auténticamente modelos pedagógicos y espirituales de Cristo Vivo, esto está provocando que la acción del sacerdote esté en el marco de la simulación, y en la dualidad del deber ser y ser en lo pastoral, apostólico y espiritual. Las parroquias se han convertido en una plaza de trabajo, dejando de lado todo lo referente a la verdadera atención hacia la evangelización de la Iglesia.
Están haciendo de su magisterio un acto sin sentido para el pueblo que participa y busca la verdad y la fortaleza de su Fe. Ante tal realidad, es importante proponer algunos lineamientos o criterios pedagógicos para una buena formación del seminarista en el marco de la filosofía y de la teología, así como también plasmar de forma negativa 19 pasos para formar un mal seminarista. Todo esto con el fin de servir como una reflexión sobre el “Ser sacerdote”. En el marco de la Teología: La teología y la filosofía deben formar en el seminarista la búsqueda de la Sabiduría. La fe y la razón son fundamentales para que el hombre llegue al conocimiento y al entendimiento de Dios en el gozne con los hombres y la santidad. La teología debe ser enseñada, con la finalidad de fortalecer a la Fe y a la propia razón del seminarista, ayudándolo a comprender la transfiguración del verdadero Dios por quien se vive. La teología debe servir para entender el misterio de todo lo bueno en correlación a Dios, debe de sensibilizar el Ser del seminarista, entendiendo su propia Vocación, su potencialidad evangelizadora y su fuerza de querer Ser ese Cristo, dispuesto a dar su vida en el trabajo salvador de los hombres. La teología no se puede estudiar sin tomar en cuenta a la razón. Una buena razón en el hombre significa tener muy claro su propia naturaleza de su existencia en correlación con la naturaleza Divina. La comprensión de Dios a través de la Fe y la razón debe potencializar en el Seminarista la búsqueda de la Santidad dentro de su cotidianidad; dentro de su personalidad; dentro de su individualidad y dentro de su Ser trascendental.
En el marco de la filosofía: La filosofía debe servir a los seminaristas a saber razonar y a descubrir los fundamentos más esenciales y universales del hombre como “persona humana” que tiende a lo bueno. Al reconocer esto en la filosofía, hace que los seminaristas se vean ante sí mismos, reconociéndose como identidad personal dejando de lado la dualidad en su propio ser. La filosofía debe ser un instrumento que enseñe al seminarista en amar, entender y apreciar la Verdad. Debe la filosofía detonar la intelectualidad de cada uno, enseñándoles a descubrir los caminos y los horizontes de todo aquello que es y no es. Debe la filosofía provocar en los seminaristas el razonamiento y la reflexión de lo que el hombre tiene en su conciencia y pensamiento; y debe servir para comprender los actos de la persona humana en correlación con su realidad. En definitiva la filosofía debe preparar al seminarista en entender la trascendencia, la espiritualidad, el tiempo, la muerte, la vida, la razón, el conocimiento, la falsedad, la verdad, el amor y la realidad como ente. En el marco de la práctica Concluyendo con el tema se proponen 19 pasos para formar un mal seminarista y por consecuencia un mal sacerdote, esto con el fin de entender y resaltar aquello que no se debe hacer en los procesos de formación: Enséñelo desde el primer día en el seminario a no dejarlo todo, así se formara con el convencimiento que cuando ya sea sacerdote necesitará de lujos, comodidades exageradas y banalidades. No le enseñe ser humilde y austero, eso adormecerá su conciencia y por tanto justificará todo lo que sea en correlación a cosas materiales.
Haga de la oración un vil requisito mecánico y sin sentido, olvide la importancia de la contemplación y la meditación hacia Dios y hacia María. Enséñele a que se olvide de los pobres y más necesitados, eso hará que su mente y corazón sea irracional e insensible ante sus mismos feligreses, perdiendo el sentido del amor que Jesús quiere. Enséñelo a que nunca tenga contacto con la gente que está a su alrededor, eso provocará que cuando sea sacerdote viva en un mundo diferente, “en su burbuja”: casa parroquial, auto de lujo o con familias preferidas. Enséñelo a no ser un modelo de Jesús: Maestro, Sacerdote y pastor, eso hará que cuando ya sea sacerdote no crean en él, ni en su homilía, ni en lo que dice y hace. Enséñelo a que no sea único, que tenga dos personalidades, la de hombre y la del elegido por Dios; eso hará en los seminaristas una auténtica hipocresía ante la gente y ante Dios. Enséñelo a que él es superior ante los demás, por ser y tener la vocación sacerdotal, eso formará en él un creencia falsa de sobredotación y poder. Ya como sacerdote será una persona intolerante ante la fe del pueblo y de las creencias religiosas de aquellas personas más humildes. No eduque ni forme, durante su vida en el seminario, el valor y la importancia del pudor, la castidad y del celibato sacerdotal, tómelo como un simple requisito que hay que cumplir y no como una decisión personal, esto hará que el seminarista no le de importancia y por ende descuide su cuidado sexual y caiga en los desordenes y depravaciones con su mismo cuerpo. Enséñelos a que no guarde distancia a las mujeres, eso hará de él que cuando ya sea sacerdote no ponga límites.
Hagan de su vida en el seminario un mundo fuera de la realidad, enséñele como formadores que no existe un modelo a seguir, ya que usted mismo no cumple por su gran miopía pastoral, apostólica y vocacional. Escojan para formadores de los seminaristas a sacerdotes que no siguen el modelo de Cristo, ausentes de la castidad, pobreza, austeridad, oración, alejados de la sabiduría y de la Fe, así como también alejados de la realidad auténtica que vive la Iglesia católica. Enséñeles a ser obedientes en un marco severo de la sumisión, dejando de lado los propios pensamientos y llevando a la propia razón a la eliminación de juicios y la propia Verdad; eso hará de ellos intolerantes, soberbios y mentirosos. Enséñelos a que no sean guardianes de su propia vocación a través de la oración, eso hará de ellos la falsedad de su estancia y formación en el seminario y por consecuencia de su propia culminación como un buen sacerdote. No fomente en los seminarista el deporte, las bellas artes, el estudio de las sagradas escrituras, libros eclesiásticos, homilías, poesía, escritura etc., eso hará que los seminarista abracen los vicios, la obesidad y la poca trascendencia como persona y futuro Sacerdote. No les fomente el valor del perdón, sino todo lo contrario, demuestre su soberbia, envidia, odio y no reconciliación con los otros formadores, esto enseñará al seminarista y futuro sacerdote que el “perdón” es una simulación llevada al plano de la confesión… “enséñelos a no ser misericordiosos”. Nunca le de orientación y seguimiento a su vocación sacerdotal de forma interdisciplinaria por todos los demás formadores, deje ese trabajo únicamente al padre espiritual.
No enseñe ni eduque en el seminarista el sentido de su vida a imagen del buen maestro, eso hará de él un absurdo y falsa estancia en el seminario. Enséñele a perder el sentido de la vida, de la moral Cristiana, del amor y de la evangelización, eso hará un sacerdote vacio de su propio quehacer parroquial, pastoral, vocacional y de su propia trasfiguración del Cristo vivo en la Eucaristía
miércoles, 5 de marzo de 2025
DUA 9.0 MEXICANO DE TEIDE MÉXICO ... OTRA MIRADA AL DISEÑO UNIVERSAL DE CAS DE EU
UNA NUEVA MIRADA AL DISEÑO UNIVERSAL; UNA OPCIÓN DIFERENTE AL DUA 3.0 DE CAS DE EU ........ EL DUA 9.0 DE TEIDE MÉXICO.